Sea por desconocimiento o porque lo hemos incorporado a nuestro vocabulario común, hablar de los síntomas de la ansiedad es más corriente de lo que en realidad debería ser, pues es un problema realmente complejo que comprende una auténtica enfermedad, con síntomas que van más allá de las preocupaciones o inquietudes de la problemática diaria.
Sentir ansiedad de modo ocasional es incómodo y desesperante, pero padecerla como trastorno pasa por sufrirla de modo intenso, excesivo y persistente, tanto que nos someten a episodios profundos de miedo, terror, estrés y desestabilización que repercuten gravemente en nuestra salud, tanto física como mental.
Desde Mejores Seguros Online, queremos profundizar sobre los síntomas de la ansiedad, así como sus manifestaciones más frecuentes, para que sepas reconocerlos si te está pasando. Tu salud física y emocional es lo más importante y cuidarla debe ser una prioridad.
Recuerda que, además, en nuestro portal tienes toda la información que necesitas sobre los seguros de salud o enfermedad, para garantizar tu protección en los casos en los que algo tan importante como tu vida y su cuidado entran en juego.
Contenido
5 Síntomas de la ansiedad
Lo primero que debes aprender es a reconocer los síntomas de la ansiedad en tu propio cuerpo. Una vez que los reconozcas, dependerá de su intensidad, su frecuencia e incluso tus propios antecedentes familiares o las circunstancias que estés atravesando en tu vida lo que indique si te enfrentas a un cuadro de ansiedad recurrente o a una enfermedad crónica que termine por interferir en tus actividades diarias si no le pones remedio cuanto antes.
No te preocupes: actualmente el mercado cuenta con una amplia oferta de seguros de salud o enfermedad que destaca por la calidad cuantitativa y cualitativa de sus servicios y pasan por una atención personalizada que te ayudará a buscar las soluciones y los procedimientos asistenciales más adecuados adaptados a tus circunstancias concretas, desde tratamientos farmacológicos hasta terapias psicológicas y conductuales.
No importa la edad que tengas: sea en la infancia, en la adolescencia o en la edad adulta, todos podemos tener síntomas de la ansiedad (uno, dos o varios a la vez) y todos son igual de importantes y signos de alarma. Cuanto antes los detectemos, mejor será la respuesta que podamos darle, incluso evitar que vuelvan a pasar.
1- Tener problemas para conciliar el sueño
Uno de los primeros síntomas de la ansiedad es reconocer si atravesamos épocas en las que estamos preocupados en exceso o vivimos circunstancias excepcionales, es normal que afecten al sueño de forma puntual y difícilmente seremos capaces de alcanzar un nivel óptimo de capacidad cognitiva y anímica.
De hecho, hay muchos factores que influyen en la calidad y en la cantidad del sueño, como la edad, el sexo, el estado anímico o un problema físico. Todos ellos actúan de forma diferente según la persona y tienen su justa importancia hasta que se perpetúan en el tiempo, sobre todo cuando, en lugar de estar dormidos, estamos en alerta, sumidos en un constante mecanismo estresor.
En la oferta de seguros de salud actual, hay coberturas que incluyen estudios muy completos del sueño que te ayudarán a mejorar tu calidad de vida si tu insomnio llega a una fase de cronicidad y alcanza unos niveles de ansiedad indeseables.
2- Padecer problemas gastrointestinales
Y es que, del mismo modo que el estómago manda señales a nuestro cerebro cuando tiene hambre o el intestino le avisa cuando se encuentra en pleno proceso digestivo, la conexión puede ir en el camino inverso: el cerebro se puede comunicar con nuestro aparato digestivo para decirle que tiene problemas, enviándole señales de auxilio porque tiene ansiedad, se encuentra estresado o está deprimido, y nuestro sistema responde de la manera en que mejor sabe. Actuando lanzándonos avisos, cuanto menos poco agradables, ni mucho menos llevaderos.
Por eso, podemos afirmar que no todas las enfermedades gastrointestinales derivan de una mala alimentación: muchas pueden ser causadas por la ansiedad, fruto de esa conexión cerebro-intestinal. El dolor, la flatulencia, la hinchazón y la diarrea (o el estreñimiento) pueden derivar directamente del estrés y causar incómodos brotes.
¿Cómo podemos calmarlos? Con estrategias de relajación y terapia cognitiva conductual que nos ayuden a reducir la sensación de nerviosismo.
En estos casos, lo mejor que puedes hacer para afligir a un intestino influenciado por el cerebro es prestar la correcta atención a tu estrés y tus emociones.
Una señal clara es que no hay enfermedades físicas, ni evidentes ni descartables por analíticas y pruebas de diagnóstico como endoscopias y colonoscopias. Hazte un buen chequeo, descarta infecciones, gastritis o cualquier trastorno físico y opta por un tratamiento que pueda paliar el dolor y las molestias combinándolo con el que de raíz estudie tu problema más profundo.
3- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe
Este es quizá uno de los síntomas de la ansiedad más típico de la ansiedad: se trata de episodios en los que sentimos miedo o terror intenso, en cuestión de minutos o incluso segundos, conocidos como ataques de pánico. Experimentamos dificultad para respirar, dolor en el pecho, sudamos excesivamente y tenemos latidos muy rápidos y fuertes, como si estuviéramos padeciendo un infarto. La preocupación es inevitable y saltan las alarmas.
Sea una vez en la vida o los tengamos con frecuencia, hay algo que falla y que debemos cambiar. ¿Pero qué?
Los seguros médicos se convierten en una muy buena opción para poder cubrir con especial atención y prioridad toda una serie de exámenes físicos y atención pormenorizada que mueva a equipo de psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales clínicos y profesionales de la salud que te den un perfil clínico con una perspectiva amplia en el menor plazo de tiempo posible.
Conseguirás un diagnóstico efectivo y eficaz, y podrás empezar a trabajar en el problema y paliar este síntoma hasta, incluso, hacerlo desaparecer. Con la mejor atención, los ataques serán menos frecuentes y aprenderás a reconocer y reaccionar por ti mismo a esas sensaciones físicas de ansiedad y miedo.
4- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión
Otro de los síntomas de la ansiedad es el sentimiento permanente de nerviosismo, aparentemente injustificado, que no encuentra calma en ningún momento. La preocupación persiste, incluso aumenta ante actividades que, en comparación a otras personas, para nosotros resultan de una dificultad desproporcionada, incontrolable e inabarcables.
Lo que en principio puede relacionarse con un excesivo sentido de la responsabilidad, empieza a considerarse como un estado ante el que es imposible calmarse y que incluso tiene síntomas propios: latidos del corazón mucho más rápidos de lo normal, sudoración excesiva, mareo, dolor de cabeza, fatiga, falta de concentración, de descanso e incluso dolor en la zona torácica y el pecho.
Si la preocupación se descontrola y se coloca en la pirámide de tu rutina, nuestro sistema nervioso está sometido a una sobreexcitación que nos deja exhaustos y que trae graves consecuencias para la salud.
Reducir los niveles de estrés, aprender ejercicios de relajación e incorporar programas profesionales de autoayuda nos encaminarán a enfrentar las situaciones de sobreestimulación y alcanzar un control saludable con el equilibrio adecuado.
5- Sensación de debilidad o cansancio
Puede parecer contradictorio, pero queríamos señalar como otro de los síntomas de la ansiedad, la sensación de debilidad o el cansancio como síntoma para recalcar en que no siempre el nerviosismo, la celeridad o la prisa son los mayores indicativos de ella.
De hecho, el agotamiento excesivo y la extenuación también puede ser un signo de ansiedad si dura demasiado o es tan extremo que hace que no podamos levantarnos de la cama o sintamos nuestro cuerpo tan pesado que un solo movimiento suponga el mayor de los suplicios y llegue a impedir cualquier simple acción de la vida diaria y, peor aún, tu actividad laboral. Puede ser realmente incapacitante.
Si te ocurre, además de acudir a tu médico de familia, platearte la contratación de un seguro de vida es una buena opción, pues, aunque no debes alarmarte, es señal de que algo no va bien: cansancio, astenia, debilidad, no tener ganas de nada… son consultas muy frecuentes, pero pueden esconder un problema serio que una buena atención profesional que recoja aspectos tanto médicos como psicosociales te ayudará a descubrir y a poner su correcto tratamiento.
Tengo ansiedad: ¿y ahora qué?
Aunque parezca paradójico, cálmate. Si no, tendrás mucho más nerviosismo y repercutirá negativamente en los niveles de estrés. Baraja tus opciones sin paralizarte y lee detenidamente los síntomas de la ansiedad y los síntomas físicos de la ansiedad antes de llegar a un veredicto:
- Mejora tus hábitos de vida. Reposa o, si tu caso es de abstemia, intenta lo contrario, mejorando tu ánimo con actividades que contrarresten tu apatía conductual.
- Considera la contratación de un buen seguro de vida, englobado en los seguros personales. Además de disponer de numerosos servicios, ganarás en tiempo y bienestar, a cambio de una prima que se amortiza desde el primer uso que le des.
En nuestro portal encontrarás el seguro online que mejor se adapta a tus necesidades, tanto en contenido como en su relación calidad-precio.