Está claro que no debemos ser unos maestros en cada tema que viene a formar parte de nuestra vida, mucho menos en las finanzas, en el mundo de las nóminas, jubilación ni en la compleja legislación en materia laboral. Pero sí que debemos entender lo principal y saber qué tenemos en nuestra mano cuando recibimos nuestra nómina y qué son todos esos porcentajes que se aplican a nuestro sueldo en bruto. En nuestro portal Mejores Seguros Online siempre apostamos por el conocimiento sano y por disipar dudas para poder afrontar cualquier situación con nuestra mejor arma. pre
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¿Por qué tiene mi nómina que verse reducida?
Todos los meses pagamos una cierta cantidad a la Seguridad Social, es decir, se destina una parte de nuestro sueldo al dinero público. Parte de este dinero público se destina a cubrir gastos tan necesarios como los de sanidad, carreteras, mantenimiento, y todos aquellos que cumplen un fin social y se engloban dentro del Estado de Bienestar. Las prestaciones por desempleo, las bajas por enfermedad, los permisos por maternidad y las pensiones públicas de jubilación entran en este sistema de financiación que, de no ser por nuestro esfuerzo, no podrían ser una realidad. Sin nuestras cotizaciones, no podríamos sostener un sistema que actúa en beneficio de la salud y la estabilidad económica de todos.
Las aportaciones a la Seguridad Social son obligatorias: como trabajador, has de realizarlas por el hecho de estar dado de alta en una actividad laboral. Tanto tú mismo como toda la sociedad se verá beneficiado del dinero que se aporta para cubrir todas las contingencias, pero cada ciudadano abonará una cantidad distinta según su sueldo.
¿Cuánto pagamos a la Seguridad Social?
No hay un número fijo establecido para todos: eso implicaría desigualdades en cuanto a los diferentes tipos de salarios que se cobran. Por eso, la cuantía que se destina a las contingencias de la Seguridad Social y que se restan directamente de tu sueldo dependerá de varios factores, principalmente de dos:
- Tu salario.
- El fondo al que se destinen.
Es la ley la que establece unos límites en relación a cuánto tendrán que cotizar los trabajadores: a principios de cada año, se publica una Orden por la que se desarrollan las normas de cotización a la Seguridad Social, desempleo, protección por cese de actividad, Fondo de Garantía Salarial y Formación Profesional para el ejercicio del año correspondiente. Por ejemplo, para el ejercicio 2023, el Estado ha marcado las siguientes bases de cotización mínimas y máximas:
- Base de cotización máxima: 4139,40 euros al mes.
- Base de cotización mínima: 1166,70 euros al mes.
La base de cotización está formada por tu retribución bruta mensual, que incluye el salario base, las mejoras voluntarias, los pluses y complementos de naturaleza salarial, así como las prorratas de las pagas extraordinarias y cualquier concepto que se perciba a lo largo de un año natural, con excepción de las horas extra, que cotizan, pero de un modo diferente.
De la suma de estos conceptos resulta un número (el importe neto a percibir, es decir, tu salario) que has de encajar en la escala establecida por la ley y situada entre los mínimos y máximos establecidos. De ser inferior a la mínima de cotización, es decir, no alcanza el mínimo, se toma la base mínima; de lo contrario, si tu sueldo supera los 4139.40, se toma esta cifra para aplicar los tipos determinados (los porcentajes).
La aportación es una aportación conjunta, es decir, que se hace entre el trabajador y la empresa, correspondiendo un porcentaje a cada uno de ellos. La aportación del trabajador suele rondar un 5 % de su salario, mientras que la empresa aporta alrededor de un 25 % (la llamada cuota empresarial). Las cantidades que se resten se destinarán directamente de tu sueldo a:
- Posibles prestaciones que te correspondan, como la de desempleo.
- Indemnizaciones por incapacidad o invalidez.
- Las diferentes bolsas estatales que cumplan los objetivos sociales para la garantía personal y/o colectiva. Y uno de ellos, es asegurar el pago de tu propia jubilación.
¿Qué parte de mi sueldo se destina a mi jubilación?
Teniendo en cuenta la base reguladora que te pertenece, se aplicará un porcentaje en concepto de la contingencia concreta, en este caso, la pensión de jubilación. Veamos los pasos de una manera sencilla:
- Conocer nuestro salario bruto.
- Identificar cuál es nuestra base de cotización, dentro de la escala que marca la ley.
- Reconocer que la jubilación es una contingencia común y que su tipo aplicable es el 28,3 % (un 23,6 % que cotiza la empresa y un 4,7 % que cotiza el trabajador).
- Calcular la base reguladora.
La base reguladora es otro concepto en el que es fácil perderse pero que debemos conocer sus claves básicas. Está relacionada con lo que cobra el trabajador y también hay que hacer cálculos para llegar a ella, pues es cambiante a lo largo del tiempo según los indicadores medios económicos, como el IPC o la inflación.
Actualmente, para calcular la base reguladora, es el resultado de dividir el número de cada una de nuestras bases de los últimos 300 meses, es decir, los 25 años previos (contadas desde el momento en el que nos jubilamos, hacia atrás) entre 350. ¿Por qué 350? Pues porque se usa como número que recoge catorce mensualidades, adaptando doce meses de pagas ordinarias más dos extraordinarias. Por ejemplo, para un trabajador que haya contribuido al menos 25 años a la Seguridad Social, su base reguladora será la de un 85,70% de su salario medio (300/350).
Si existen períodos en los que no se he cotizado (períodos de lagunas de cotización), las 48 primeras mensualidades sin cotizaciones se integran en la base reguladora con el mismo importe. A partir de la mensualidad 49, se integran al 50 %. No sucede así en el caso de los autónomos, en el que las incorporaciones no operan, pasando los meses sin cotizar a computarse con cuantía 0.
Recuerda que para conseguir el 100% de la pensión (el 100% de la base reguladora) se necesita actualmente haber cotizado 36 años y medio, lo que supone un aumento de seis meses respecto a lo que se exigía para el período 2020-2022.
¿Y qué pasa si tengo menos de 15 años cotizados?
Esta pregunta es muy común plantearse, pues la normativa establece que, para ser beneficiario de una pensión contributiva, el trabajador debe acreditar al menos 15 años de cotización previos a la solicitud de jubilación. De no llegar, no podrá cobrarse. Pero no significa que no pueda percibirse una prestación en concepto de jubilación, ya que tenemos varias opciones:
La pensión no contributiva.
Los seguros personales.
La pensión no contributiva
Se concede a aquellos ciudadanos que no han llegado a los objetivos de cotización como para poder optar a una pensión contributiva. De esta manera, se garantiza a nivel público a los ciudadanos de 65 años una prestación económica que cubra, no solo un bienestar básico, sino también un mínimo de asistencia farmacéutica gratuita a pesar de no haber podido cotizar lo suficiente.
Deberán, no obstante, cumplir con una serie de requisitos extra, a parte de tener siempre la edad de 65 años, como haber residido de forma ininterrumpida en España durante diez años y carecer de ingresos inferiores a 5899.60 euros, a contar en los datos económicos del beneficiario como de la unidad familiar, en cuyo caso el límite se va incrementando en proporción directa con la cantidad de integrantes (por ejemplo, la cuantía máxima sube hasta 45721,90 euros anuales para unidades de convivencia de cuatro o más personas).
Las cuantías de las pensiones se calculan de forma distinta a las jubilaciones contributivas y cambian cada año, revalorizando con base a un porcentaje fijado por el Gobierno. La pensión no contributiva fijada para el año 2023 es de 484,61 euros mensuales como máximo, siendo la mínima de 121,15 euros al mes.
Los planes de pensiones
Los planes de pensiones son una buena herramienta para preparar una jubilación que se prevé poco esperanzadora en cuanto a cuantía: ante la expectativa laboral actual en la que el desempleo y la precariedad siguen llamando poderosamente la atención, es probable que la financiación del Estado no sea suficiente para asegurar la estabilidad de unas pensiones altas, por lo que contratando planes de pensiones nos garantizamos una mejor calidad de vida.
Los seguros personales
Para prepararnos ante las contingencias y enfermedades, no solo de tipo físico, sino psicológicas, cualquier complemento con el que podamos contar, ya sea de tipo ahorrativo o médico, supondrá un plus de tranquilidad y bienestar, mucho más si nos acercamos al momento de la jubilación: no podemos pretender mantener un nivel de vida exactamente igual al que manteníamos cuando pertenecíamos a la población activa, pero tener una buena cartera de seguros personales contratados garantizarán que esos síntomas de la ansiedad que nos causa el vernos sin cobertura en nuestra vejez desaparezcan prácticamente por completo.
Aparte del modelo público, los seguros privados son el complemento perfecto para cuidar de nuestra salud: con una cantidad al mes fija (que podemos presupuestar junto al pago de la factura de la luz, al seguro del coche, a la hipoteca), convertiremos en un gasto más la llave más importante a un futuro más brillante, relajado y lleno de atenciones que, de otro modo, se vería un tanto más comprometido. Tan solo tienes que tomarte un tiempo para analizar la oferta disponible de entre los mejores seguros que puedes encontrar, tanto presencial como de manera online, y encontrar el que mejor se adapte a tus necesidades y tu perfil ahorrativo.
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